sábado, 25 de febrero de 2012













 Black Magazine Issue 15
Photographer : Thom Kerr
Stylist : Cassandra Scott-Finn
Make Up : Jovita Lee
Hair : Lauren McCowan

viernes, 24 de febrero de 2012

PSYCHOTROPIC CANDIES

Yoko d´Holbachie is a japanese artist born in 1971 in Yokohama. Her art bring us to a psychedelic world of cute and colourful creatures with a disturbing touch







Artista japonesa nacida en 1971 en Yokohama. Su arte nos transporta a un mundo poblado por adorables, a la par que inquietantes, criaturas.

sábado, 18 de febrero de 2012

MES CELTA DEL FRESNO (18 de FEBRERO - 17 de MARZO)


“Es el más grande y hermoso de todos los árboles. Sus ramas sostienen el cielo y sus frutos son las estrellas, mientras que tres inmensas raíces lo sostienen y sustentan” Ignacio Abella, "La Magia de los Árboles"



El 18 de Febrero comienza, según el calendario arbóreo reconstruído por Robert Graves, el mes celta del Fresno, "Nuin", correspondiente a la letra "N" del alfabeto Ogham.

El Fresno (Fraxinus) es un árbol de hoja caduca perteneciente a la familia del olivo (Oleaceae). Sus orígenes se encuentra en la Europa mediterránea y Asia Menor; aunque donde mejor se desarrolla es en las tierras fértiles de suelos calcáreos y ambientes húmedos, es muy versátil y se adapta a una gran variedad de climas.
El fresno es un árbol que crece relativamente rápido, desarrolando una potente raíz central que posteriormente se ramifica en raíces laterales y alcanzando una altura de entre ocho y quince metros, aunque puede llegar a alcanzar los veinte.
Sus hojas, de color verde oscuro, se disponen de forma alterna y sus flores, hermafroditas, en pequeños racimos que aparecen a finales de invierno y principios de primavera.
Su frutos, en sámara, maduran en otoño y gracias a su forma oblongo-lanceolada y su disposición en pares que las hace girar como una hélice, ayudan a la dispersión de sus semillas, que se encuentran en los extremos del mismo.

Este árbol de gran resistencia y fuertes raíces ha sido venerado desde antiguo en la mayoría de las culturas paganas.

Las Melias o Melíades, engendradas por Gea al ser fertilizada por los genitales de Urano arrojados por su hijo Cronos después de castrarlo, eran las ninfas de los fresnos en la mitología griega. Los griegos consagraron el fresno, símbolo de solidez, al dios de los mares, Poseidón, y de su madera construían las lanzas; de hecho según la leyenda la lanza del héroe griego Aquiles, con la que dio muerte a Héctor durante la Guerra de Troya, estaba hecha de la madera de un fresno sagrado. El nombre del género "Fraxinus" proviene del griego "phraxis" (seto, cercado) ya que el fresno era utilizado también en la construcción de cercos.

En la mitología nórdica el árbol del mundo, Yggdrasill, es un fresno, en el centro del universo, cuya cobija y cuyas raíces conectan entre sí los nueve mundos existentes en la cosmología nórdica, dispuestos en tres niveles: en el primero de ellos se halla Asgard, la morada de los Ases, Vanaheim, el hogar de los Vanes y Alfheim, el hogar de los elfos de la luz; en el nivel medio se encuentra Midgard, la "Tierra Media", el mundo de los hombres, Jotunheim, la tierra de los gigantes y Svartalfheilm, hogar de los elfos oscuros y Nidavellir, donde habitan los enanos; en el nivel inferior se encuentra Niflheim, el reino del frio, el hielo y la oscuridad, dentro del cual se halla Helheim, el Mundo de los Muertos, guardado por Hel, la monstruosa hija del dios Loki, quien juzgaba a todos aquellos que habían muerto de muerte natural, por enfermedad o accidente (es decir, a todos aquellos que no habían tenido una muerte honrosa en el campo de batalla, la cual les hubiera llevado directamente al Wallhalla, el "Salón de los Caídos" en el cual los dioses y los caidos en el campo de batalla celebran un festín eterno).
El noveno mundo suele ser identificado con Muspelheim, el reino del fuego, opuesto a Niflheim, el reino del hielo, ya que ambos principios, hielo y fuego, habrían dado origen al Universo según la cosmogonía nórdica.
Colgándose de este fresno cósmico, Yggdrasill, Odín realizó el sacrificio nacesario para llegar a conocer los secretos de las runas.
Para los nórdicos, por lo tanto, el fresno era un árbol muy especial y al que se debía venerar y respetar, pues también a partir de este árbol había sido creado el primer hombre, Aske.

Yggdrasill, además de proteger y alimentar el mundo, sufría también las angustias y penalidades que provocaban y/o padecían los seres que lo habitaban, penalidades que mitigaban diariamente las Nornas, las tres diosas del destino (similares a las Moiras griegas), rociando con agua sagrada y barro sus ramas.

Para los celtas el fresno fue también un árbol muy venerado y uno de los árboles sagrados de Irlanda . Sus ramas eran utilizadas por los druidas para la fabricación de varitas y lanzas, sus semillas para la adivinación, y se creía que su madera y hojas poseían diferentes propiedades mágicas asociadas a la protección y la buena fortuna.

El fresno, para los celtas, era el máximo representante del ciclo vital de la naturaleza pues es el primero en anunciar el otoño en sus ojas, que se tornan amarillas y doradas y en celebrar la llegada de la primavera, cubriéndose de brotes tempranos.
Para los celtas, al igual que para los vikingos, el fresno era un árbol que conectaba el mundo de los hombres con el de los dioses y en la mitología celta conectaba también los tres planos de existencia...Abred, Gwynedd y Ceugant (Pasado, Presente y Futuro).

La madera del fresno, muy resistente y elástica se ha utilizado tradicionalmente para la construcción de barcos,debido a su impermeabilidad, y muebles.
También, según el folclore popular, se cuenta que los palos de las escobas de las brujas estaban hechos de madera de fresno.
Sus hojas son utilizadas como laxantes y diuréticos y antiguamente también se le atribuían propiedades antirreumáticas, asi como el ser un antídoto contra las mordeduras de serpientes, aunque se ha demostrado que su eficacia en ambos casos es inexistente.

Los nacidos en el mes del Fresno, como ocurre con todos los nativos de los meses arbóreos celtas, se dividen en dos tipos: los nativos de la "Luna Nueva" , nacidos en los quince primeros dias del "mes" arbóreo y los nativos de la "Luna Llena", nacidos en los quince últimos dias del mes arbóreo.

Los nativos de la "Luna Nueva" suelen ser más impulsivos y extrovertidos que los nativos de la "Luna Llena", mientras que estos últimos pueden parecer ingenuos, aunque realmente no lo son, pues pese a su generosidad y humildad no son personas de las que los demás se puedan aprovechar o engañar facilmente.

En general, los nacidos en el mes del Fresno tienden a poseer una naturaleza dual...por un lado son personas con un gran psiquismo y una gran creatividad, mientras que por otro son tremendamente prácticos y conscientes de la realidad. Son personas muy compasivas y con una intuición muy desarrollada que les hace percatarse fácilmente de cuando alguien necesita su ayuda.
Poseen una gran espiritualidad y normalmente sienten curiosidad y/o interes por los temas metafísicos, filosóficos y espirituales.

Son personas que se adaptan fácilmente a todo tipo de situaciones y pese a su aspecto frágil y delicado poseen una gran fortaleza de espíritu y se reponen con bastante facilidad de los golpes emocionales.

En el aspecto negativo de su personalidad los nativos del mes del Fresno pueden dejarse influenciar demasiado por la opinión de los demás y/o perder fácilmente la confianza en símismos.
Pese a su gran creatividad y a sus bienas ideas les resulta difícil terminar lo que empiezan ya que pierden facilmente el interés por aquello que no les proporciona resultados inmediatos.

Los nacidos en el mes arbóreo celta del fresno suelen sentirse atraídos por el mar...quizá debido a su naturaleza soñadora e imaginativa, que contrarrestran con su fuerte sentido práctico...pueden dedicarse a las artes, aunque siempre prefieren estar "entre bamabalinas" o a la enfermería, la medicina u otro tipo de labores caritativas.


lunes, 13 de febrero de 2012

CARTA DEL JEFE SEATTLE A FRANKLIN PIERCE


La cultura de los indios nativos de América es para mí una de las más hermosas y apasionantes. La mayoría de las tribus nativas fueron exterminadas a lo largo del siglo XIX y los indios supervivientes fueron "encerrados" en reservas. Las tribus indias eran terriblemente belicosas, salvajes, si se desea utilizar la palabra, pero amantes de la Naturaleza y respetuosos con ella, eso me hace preguntarme ¿quién es realmente el salvaje? Uno de los textos más hermosos y conmovedores de la historia es la carta enviada por el Jefe Seattle de los Suwamish en respuesta a la "propuesta" del presidente Frankin Pierce de que vendieran sus tierras a los colonos y marcharan a una reserva en 1855. La transcripción es esta:
"El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.
¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habeis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.
Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.
Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.
No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.
El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.
Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas ente sí.
Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.
Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.
Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con el -de amigo a amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia...."

domingo, 5 de febrero de 2012

EL ANKOU


El Ankou es, en la tradición bretona, el heraldo o servidor de la muerte. No está del todo claro de donde proviene su nombre aunque según una de las versiones más extendidas proviene de la raíz celta "ank" ("muerte"), un vocablo bretón arcaico, mientras otras teorías la relacionan con los vocablos bretones " Anken " ("angustia" o "pena" ) y "Ankounac´h " ("olvido").

En su función de psicopompo (del griego ψυχοπομπóς "el que guía o conduce las almas") el Ankou recoge las almas de los fallecidos y las transporta en su carro desvencijado ("karr an Ankoù", "carro del Ankou" en bretón), tirado por dos caballos, uno de ellos viejo y débil y el otro joven y fuerte (en otras versiones de la leyenda son cuatro caballos negros), hacia el más allá.
Se dice que cuando un vivo escucha el sonido chirriante del carro ("wig ha wag!") es señal de que él mismo o alguien próximo a él no tardará en morir. También se dice que todo aquel que vea al Ankou morirá en el transcurso de ese año.

El Ankou es descrito a menudo como un anciano de largos cabellos blancos muy alto y extremadamente delgado (a veces como un esqueleto) que porta un largo abrigo, zapatos de madera y un sombrero de ala ancha que oculta parte de su rostro cadavérico.
Otros lo describen como a un esqueleto envuelto en un sudario, cuya cabeza gira constantemente sobre sí misma en lo alto de la columna vertebral para asi poder vigilar todo lo que ocurre a su alrededor y acudir sin tardanza cuando alguien fallece.
En su mano lleva, según algunas descripciones, una guadaña.

Según Anatole Le Braz, folklorista Bretón, se creía el último muerto del año en cada parroquia ocupaba el puesto de Ankou, y, cuando un año había más fallecimientos de los habituales se solía utilizar un dicho bretón que rezaba:
"War ma fé, heman zo eun Anko drouk" (" sobre mi fe, éste es Ankou repugnante ")

Según otras leyendas el Ankou fue el primer hijo de Adán y Eva, la primera pareja de humanos según el imaginario judeo-cristiano.

Cuenta una historia sobre el Ankou que existió un principe (en otras versiones simplemente un terrateniente), de carácter cruel y vengativo, tan temerario que se atrevió a retar al Ankou.
Ocurrió que el principe salió de cacería la víspera de la Navidad, la noche en la que se dice que el Ankou también sale a cazar y se asegura de que los ancestros sean recordados y honrados como es debido. El principe encontró pronto un venado blanco al que comenzó a perseguir. Sin emabargo, no había pasado mucho tiempo cuando se topó con un ser espectral todo vestido de negro que montaba un caballo blanco, el cual, sin embargo al principe le pareció un hombre, al fin y al cabo.
Furioso por no saber quien era aquel extraño que al parecer también estaba cazando aquella noche en sus dominios, el principe lo retó a cazar antes que él al venado. El premio no sería solo el animal sino que el ganador decidiría el destino de su contrincante.
Pronto estuvo claro que el caballo mortal del príncipe era mucho mas lento y el extraño derribó al venado de un solo golpe, tras lo cual el principe, enojado, mandó a sus hombres que lo rodeasen, riendo y diciendo que asi aquella noche se cobraría dos piezas en lugar de una.
El extraño lanzó entonces una carcajada de ultratumba que borró todo rastro de chanza del rostro del principe, tras lo cual sentenció:
"Puedes quedarte la pieza, y con ella, toda la muerte del mundo. Si tu placer es cazar entonces así lo harás: a través del campo de batalla, en las peores plagas, deberás cazar los corazones como tus trofeos, hombre estúpido. Y todos tus tratos serán con lo podrido".
Así el principe se convirtió a partir de ese momento en el propio Ankou.

Se dice que, durante la víspera de la Navidad, a la cual los bretones llaman "Nuit des Marvelles" ("Noche de las Maravillas"), el Ankou roza con su capa a aquellos que no llegarán con vida al final del año.
La triste historia del herrero Fanch ar Floc'h también refleja la antigua creencia asociada al Ankou sobre el peligro de salir durante la víspera de la Navidad o no celebrarla adecuadamente, pues ocurrió que el herrero Fanch ar Floc'h se quedó trabajando ese dia hasta tarde, de modo que aun se encontraba en su taller cuando sonaron las campanadas de la medianoche, momento en que recibió la visita de un extraño que le pidió que reparase su guadaña. Sin sospechar que se trataba del mismísmo Ankou, Fanch ar Floc'h realizó el que sería su último trabajo pues a la mañana siguiente estaba muerto

Algunas leyendas atribuyen al Ankou dos cómplices o compañeros, quienes a menudo también son descritos como esqueletos.
Así, otra vieja historia bretona cuenta como un hombre de Tézélan escuchó a lo lejos el traqueteo de un carro y, reconociéndolo como el del Ankou, decidió esconderse tras unos arbustos de avellano para poder ver sin ser visto. Sin embargo al llegar a la altura de donde se escondía el hombre el carro se paró repentinamente, pues uno de sus ejes se había roto, y uno de los compañeros del Ankou se apeó y se dispuso a arreglarlo, acercándose peligrosamente al lugar donde se escondía el hombre. Éste pensó que había llegado su momento, y sin embargo, tras reparar el eje, el acompañante del Ankou volvió a montarse en el carro y la siniestra commitiva se alejó, dejando al hombre suspirando de alivio en su escondite...aunque no por mucho tiempo, pues a la mañana siguiente lo encontraron muerto.

Otra historia similar cuenta que en una ocasión tres amigos ebrios regresaban a sus respectivos hogares cuando vieron venir hacia ellos un carro desvencijado que reconocieron como el del Ankou. Envalentonados por el efecto de la bebida, dos de ellos comenzaron a tirarle piedras, con lo cual los caballos se encabritaron y el eje de una de las ruedas se rompió, tras lo cual los dos borrachos escaparon.
Sin embargo el tercero de ellos, sintiéndose mal por lo que sus amigos habían hecho, venció su miedo al Ankou y, tras buscar un rama, reparó con ella el eje roto y lo ató al carro con los cordones de sus zapatos. El Ankou se lo agradeció con un movimiento de cabeza y reanudó su marcha, como si el carro nunca se hubiese roto.

Al día siguiente los dos primeros borrachos habían muerto congelados en la nieve, mientras que el tercero regresó a su casa sano y salvo, aunque tras aquella noche, sobre la que nunca quiso hablar, envejeció diez años de golpe y sus cabellos se volvieron completamente blancos.

A pesar del temor que en general inspira la figura del Ankou, éste no era considerado un ser maléfico, sino

Vieux et jeunes, suivez mon conseil. (Viejos y jóvenes seguid mi consejo)
Vous mettre sur vos gardes est mon dessein; (Poneros en guardia es mi intención)
Car le trépas approche, chaque jour, (porque el óbito se acerca, cada día)
Aussi bien pour l’un que pour l’autre. (tanto para unos como para otros)
Qui es-tu ? dit le jeune garçon, (¿Quién eres tú? dice el joven)
A te voir j’ai frayeur. (Al verte siento espanto)
Terriblement tu es maigre et défait ; (Eres terriblemente flaco y decrépito)
Il n’y a pas une once de viande sur tes os ! (¡No hay una onza de carne sobre tus huesos!)

C’est-moi, l’Ankou, camarade ! (¡ Soy el Ankou, camarada!)
C’est moi qui planterai ma lance dans ton coeur; (Soy yo el que plantaré mi lanza en tu corazón)
Moi qui te ferai le sang aussi froid que le fer ou la pierre ! (yo, el que hará que tu sangre sea yan fria como el hierro o la piedra)

Je suis riche en ce monde ; (Soy rico en este mundo)
Des biens, j’en ai à foison ; (Bienes, tengo en abundancia)
et si tu veux m’épargner, (y si quieres escatimarme)
Je t’en donnerai tant que tu voudras. (te daré tanto como quieras)

-
Si je voulais écouter les gens, (Si quisiera escuchar a la gente)
accepter d’eux un tribut, (aceptar de ellos un tributo)
qu’un demi-denier par personne, (medio denario por persona)
je serais opulent en richesses ! (seria opulento en riquezas)

Mais je n’accepterai pas une épingle, (Pero no aceptaré ni un alfiler)
Et je ne ferai grâce à nul chrétien, - (Ni perdonaré a ningún cristiano)
Car , ni à jésus, ni à la Vierge, - (Porque ni siquiera a Jesús, o a la Virgen)
Je n’ai fait grâce même. (Les concedí mi gracia)

Autrefois, les “pères anciens” - (En otro tiempo, los "padres antiguos")
Restaient neuf cent ans sur la brèche. - (permanecían novecientos años sobre la tierra)
Et cependant, vois, ils sont morts, - (Y sin embargo, ves, están muertos)
Jusqu’au dernier, voici longtemps ! (Hasta el último de ellos ¡hace mucho tiempo!)
Monseigneur saint Jean, l’ami de Dieu ; (Monseñor San Juan, el amigo de Dios)
Son père Jacob, qui le fut aussi ; (su hijo Jacob, que también lo fue)
Moïse, pur et souverain ; (Moisés, puro y soberano)
Tous, je les ai touchés de ma verge. (A todos los toqué con mi vara)
Pape ni cardinal je n’épargnerai; (Ni a papas ni a cardenales salvaré)
Des rois (je n’en épargnerai) pas un, (tampoco a los reyes)
Pas un roi, pas une reine, (Ni un rey, ni una reina)
Ni leurs princes, ni leurs princesses. (Ni sus principes ni sus princesas)

Je n’épargnera archevêque, évêque, ni prêtres, (No salvaré a arzobispos, obispos o sacerdotes)
Nobles gentilshommes ni bourgeois, (Nobles, gentilhombres o burgueses)
Artisans ni marchands, (Artesanos ni mercaderes)
Ni pareillement, les laboureurs. (Ni, igualmente, a los labradores)
Il y a des jeunes gens de par le monde, (Hay jóvenes por el mundo)
qui se croient nerveux et agiles ; (que se consideran vigorosos y ágiles)
Si je me rencontrais avec eux, (Si me encontrase con ellos)
Ils me proposeraient la lutte. (me propondrían un duelo)

Mais ne t’y trompe point, l’ami ! (¡Pero no te equivoques amigo!)
Je suis ton plus proche compagnon, (Yo soy tu compañero más cercano)
Celui qui est à ton côté, nuit et jour, (Aquel que está contigo dia y noche)
N’attendant que l’ordre de Dieu. (Esperando la orden de Dios)

N’attendant que l’ordre de Père Eternel ! …Pauvre pécheur, je te viens appeler. (¡Solamente esperando la orden del padre eterno!...Pobre pecador, vengo a llamarte)
C’est moi l’Ankou, dont on ne se rachète point ! (Yo soy el Ankou, del que no hay salvación)
Qui se promène invisible à travers le monde ! (¡Que se pasea invisible a través del mundo!)
Du haut du Ménez, d’un seul coupde fusil, (Desde lo alto de Ménez, de una solo tiro de fúsil)
Je tue cinq mille hommes en un tas ! (mato a cinco mil hombres de una sola vez)
"Ballade de l´Ankou", "La Légende de la Mort" de Anatole le Braz