martes, 4 de diciembre de 2012

PEGASO


Pegaso (Πηγασος, "fuerte") es un caballo alado perteneciente a la mitología griega.
Nació de la sangre de la gorgona Medusa cuando ésta fue decapitada por Perseo, fruto de la relación de esta con Poseidón, el dios del mar, al igual que su hermano el gigante Criasor o, según otras versiones tanto él como su hermano nacieron de la mezcla de la sangre de Medusa con la Tierra.

En algunas versiones de la leyenda sobre el nacimiento de Pegaso, Perseo habría cabalgado sobre él de vuelta a su hogar, rescatando durante el camino a la princesa Andrómeda, mientras que según otras Perseo habría vuelto volando con sus sandalias aladas, regalo de Hermes o de las Ninfas mientras que Pegaso habría sido conducido por la diosa Atenea al Olimpo y se habría convertido durante un tiempo en el caballo de las Musas, en el monte Parnaso.

Las Piérides, hijas del rey del macedonia, eran nueve doncellas con gran talento para la música, el canto y la poesía, pero su soberbia en este sentido era tal que se atrevieron a retar a las Musas, para lo cual viajaron hasta el monte Helicón.

Una vez allí acordaron con las musas que si ganaban estas últimas ellas les entregarían los valles de Macedonia, mientras que si perdían deberían cederles su hogar en el monte Parnaso.

Las ninfas del Parnaso actuaron como jueces y, sin dudarlo otorgaron la victoria a las musas, cuyo canto enterneció de tal manera al propio monte Helicón que éste comenzó a crecer de manera desmesurada, amenazando con llegar al cielo. Así, Poseidón habría pedido a Pegaso que golpeara al monte con uno de sus cascos para que retornase a su tamaño normal, y del lugar donde Pegaso asestó tal coz habría brotado la fuente de Hipocrene.

Sin embargo las Piérides se mostraron descontentas con el veredicto de las ninfas y prorrumpieron en graves protestas, por lo cual fueron transformadas en urracas, forma bajo la cual conservaron su mismo temperamento charlatán e inoportuno.

Según el poeta Nicandro los nombres de estas doncellas habrían sido: Colímbade, Iinge, Céncride, Cisa, Claoris, Acalántide, Nesa, Pipo y Dracóntide, sin embargo según Pausanias las Piérides habrían tenido los mismos nombres de las Musas.
De esta forma el nombre de Piérides ha llegado a aplicarse a las propias Musas.

En algunos mitos no habría sido Atenea, sino el héroe Belerofonte, quien domó a Pegaso.
Belerofonte, hijo del rey Glauco de Corinto, se llamaba Iponoo en un principio, pero tras dar muerte accidentalmente a su hermano Belero durante una cacería habría adoptado el nombre de Belerofonte, que significa "asesino de Belero".

Atenea le habría enviado a Pegaso en una ocasión en que se quedó dormido en su templo, entregándole asimismo una brida para que lo domesticara.

Belerofonte fue acusado por Estenobea, la esposa del rey Preto de Corinto, a donde se había exiliado Belerofonte tras dar muerte a su hermano, de intentar violarla, aunque en realidad era esta una venganza por no haber atendido a sus insinuaciones.
Preto, creyendo la falsa historia de su esposa pero no queriendo infringir las leyes de la hospitalidad, habría enviado a Belerofonte a Licia, a la corte del rey Yobates, padre de Estenobea, con una carta sellada en la que ordenaba darle muerte.
Sin embargo, Yobates, no queriendo cometer un crimen de manera tan directa, ordenó a Belerofonte que diese muerte a la Quimera, empresa de la que estaba seguro que el joven no saldría vivo.

La Quimera era uno de los monstrousos hijos de Tifón y Equidna, tenía cuerpo de dragón y cabeza de león o, según otras versiones tres cabezas: una de león, una de dragón y otra de macho cabrío, y escupia fuego por ellas.

Fue entonces cuando el adivino Polieides aconsejó a Belerofonte dormir en el templo de Atenea para hacerse con Pegaso.
De esta forma, durante la noche Atenea se le apareció al héroe y le entregó una brida de oro con la que domar al caballo alado, al cual encontró en la fuente Pirene, en la acrópolis de Corinto, a la mañana siguiente.

Cabalgando sobre pegaso y protegido por la diosa Atenea, Belerofonte dio muerte a la Quimera, en cuya boca introdujo su lanza. La punta de la lanza se fundió y su plomo ardiente se deslizó por la garaganta del monstruo quemando todos sus órganos vitales.

Belerofonte también luchó contra el pueblo de las Amazonas, pero la soberbia debida a sus hazañas llegó a ser tal que pretendió llegar al Olimpo y ser uno más entre los dioses.
De este modo, montado sobre Pegaso se dirigió volando hacia los cielos, pero Zeus, enfadado por su arrogancia le envió un simple mosquito que picó a Pegaso, haciendo que éste se encabritara y dejara caer a su jinete.

Así Belerofonte, aunque logró sobrevivir a la caída vagó maltrecho el resto de su vida, añorando un pasado glorioso, mientras que Pegaso fue inmortalizado en el firmamento en forma de la constelación que lleva su nombre.

Según algunas leyendas tras la caida de Belerofonte Pegaso habría pasado a ser conducido por Eos, la diosa de la Aurora, y a transportar los mortíferos rayos de Zeus.

Algunas versiones hacen a Pegaso padre del caballo Celeris, el cual los latinos consideraban representado en la constelación de Equuleus, "el caballo menor", y otras lo hacen su hermano.