domingo, 6 de junio de 2010

FIRST TATOOED WOMEN


A pesar de que el tatuaje es un arte milenario su aceptación dentro de la sociedad "civilizada" (a partir de la consolidación del cristianismo) es batante reciente.
Tradicionalmente asociado a los "salvajes", criminales y gente de dudosa reputación en general, si hasta hace menos de medio siglo estaban mal vistos en la piel de un hombre no digamos ya en la de una mujer...

Las primeras mujeres tatuadas de las que se tiene noticia fueron las americanas Nora Hildebrandt e Irene Woodward, que vivieron a finales del siglo XIX.


 Por aquel entonces una de las principales atracciones de los "freakshows" eran hombres con sus cuerpos completamente cubiertos de tatuajes como John Rutherford, el "principe" Constantine, o el "Gran Omi" (también conocido como "el hombre zebra"), de manera que cuando estas mujeres decidieron tatuarse sabían que estaban abocadas a exhibirse en este tipo de espectáculos como forma de vida. De hecho en sus casos la decisión de tatuarse completamente lo más probable es que estuviese determinada, como la de muchos otros integrantes de estos circos, por el deseo de ganarse la vida de esa forma. Los salarios que recibían los "fenómenos2 que eran mostrados durante estos shows eran muy sustanciosos y en un mes podían ganar lo que una familia de clase obrera en un año. Además a partir de la invención de la máquina eléctrica de tatuajes (1891) muchos vieron en el tatuaje una forma fácil de ganar dinero exhibiéndose en los circos.


En el caso de Nora Hilderbrandt, que debutó en el Bunnell´s Museum (New York) en 1882, fue su padre, Martin quien la tatuó (de hecho es considerado el primer tatuador profesional americano). Cubierta por 365 tatuajes, desde el cuello a los tobillos, Nora se exhibía mientras contaba una historia inventada sobre como los indios la habían raptado junto con su padre y le habían obligado a tatuarla. Este tipo de historias acompañaban siempre a los hombres y mujeres tatuados que aparecían en los freakshows ya que atraían aún más la atención del público y complementaban el espectáculo. El rapto por parte de indios o salvajes era el tema más recurrente.

Hilderbrandt fue pronto eclipsada por otra mujer tatuada, Irene Woodward, más conocida como "la bella Irene", que explicaba sus tatuajes como un método de protección contra los indios salvajes de Texas, donde había vivido.


Una de las atracciones más populares de finales del siglo XIX fueron Emma y Frank de Burgh, marido y mujer, ambos totalmente tatuados, principalmente con motivos religiosos. Emma lucía en su espalda una reproducción de "La última cena" de Leonardo DaVinci mientras que su marido llevaba tatuada en la misma zona una escena de el "Monte del calvario".


Ya en el siglo XX, en la década de los años 20, aparece "Lady Viola", conocida en su época como la mujer tatuada más bella. Lady Viola no solo lucía sus tatuajes en estos espectáculos sino que por lo visto también tatuaba. Permaneció en el negocio durante décadas, de hecho seguía trabajando en los circos a los 73 años de edad.

Artoria Gibbons también pasó gran parte de su vida trabajando en los espectáculos circenses, 32 años para ser exactos. Cuando contaba con 14 años de edad Artoria abandonó su hogar y conoció al que posteriormente sería su marido, el tatuador Red Gibbons, quien le ofreció tatuarla y llevarla de gira por el mundo con el circo para el que trabajaba. Los tatuajes que Artoria lucía era reproducciones de algunas de las obras maestras de artistas como Rafael o Michelangelo, además de algunos diseños patrióticos.


También durante la década de los años 20 aparece May Vandermark, quien tras ver el diseño de una mariposa tatuado en el hombro de alguién decidió que ella también quería uno. Tras tatuarse ambos hombros conoce a Victoria James (quien se hacía llamar Miss Pictoria) que la convence para dedicarse profesionalmente a la exhibición de tatuajes.


Betty Broadbent fue otra mujer tatuada y tatuadora, conocida como "The tattooed Venus" (La Venus tatuada)  recorrió las ferias desde finales de los años 20 hasta 1967.


Elizabeth Weinzirl llegó a ser conocida dentro del mundo del arte y la modificación corporal como "la abuela de los tatuajes" y fue la primera persona incluída en el "Tattoo Hall of Fame"

A partir de los años 50 la exhibición de mujeres tatuadas, al igual que los propios frakshows, cayeron en desuso. 



En los años 60 y 70 el tatuaje empieza a ponerse de moda gracias al movimiento hippy como símbolo de transgresión y artistas como Janis Joplin o Joan Baez contribuyeron a la popularización de este arte corporal.

Cindy Ray (1960) fue una pin-up famosa por su cuerpo tatuado. Madre soltera, respondió al anuncio de un fotógrafo que buscaba modelos pensando en ganar un dinero extra. Fue este mismo fotógrafo el que la convenció para tatuarse, pagando él mismo los costes de los tatuajes, dinero que posteriormente se reembolsaría con creces ya que fue el principal lucrado gracias a la fama que alcanzó Cindy (incluso llegó a crearse una linea de material para tatuar con su nombre). Con el tiempo Cindy se convirtió también en tatuadora.


A partir de los años 80 el tatuaje comienza a popularizarse y a resultar más aceptado socialmente...a finales de los 90 se convirerte incluso en una moda y actualmente muchas mujeres lucen tatuajes, de hecho muchas "celebrities" lucen tatuajes e incluso existe un reailty show dedicado al mundo de los tatuajes. Habrá que ver si se queda en simple moda o realmente los tatuajes se convierten por fin en algo aceptado por la sociedad, mientras tanto...que corra la tinta.

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