miércoles, 20 de abril de 2011

ORFEO Y EURÍDICE


La de Orfeo y Eurídice es una hermosa y trágica leyenda perteneciente a la mitología griega.
Orfeo era hijo del dios Apolo y la musa Calíope (musa de la poesía épica y la elocuencia). Siendo hijo de quien era estaba muy dotado para la música y la poesía, y era un virtuoso de la lira. No había animal, persona o dios que no se rindiese ante el hermoso sonido que lograba arrancar al instrumento.
Orfeo se enamoró de la bella Eurídice, y no tardaron en casarse, pero su matrimonio fue muy breve, pues a la novia le picó una serpiente venenosa que pisó por descuido.
Orfeo quedó desconsolado por la pérdida de su amada y allí mismo, en las orillas del rio Estrimón, empezó a tañer canciones tan tristes y llenas de melancolía que los dioses no pudieron sino apiadarse de él.
Armado únicamente con su lira descendió al mundo de los muertos y compareció ante Hades y Perséfone, dioses del inframundo, para rogarles que dejasen volver al mundo de los vivos a su amada Eurídice.
Con su música ablandó el corazón de los soberanos de la tierra de los muertos.
Hades y Perséfone le dijeron que permitirían a Eurídice regresar a la vida, pero con la condición de que esta iría detrás de Orfeo en el camino de vuelta y él no podría volverse a mirarla hasta que hubieran salido del inframundo y estuvieran bajo la luz del Sol.
Orfeo guió a su amada con las notas de su lira por entre los oscuros senderos del Hades, pero cuando ya faltaba poco para alcanzar el mundo terrenal, no pudiendo resistir el deseo de ver de nuevo a su amada, Orfeo se giró.
Y allí estaba Eurídice, quien se desvaneció de repente antes de que pudiese decirle nada.
Orfeo se volvió loco de dolor y se retiró al monte Pangeo.
Allí terminó siendo despedazado por las ménades, siervas de Dionisos, en una de sus enloquecidas orgías, pues recordemos que Orfeo era hijo de Apolo (adversario de Dionisos).
Pero aún entonces la cabeza de Orfeo siguió cantando su eterno dolor y lanzada al mar, llegó a la isla de Lesbos donde cuentan que, escondida en una caverna, se convirtió en oráculo.
Según Platón, los dioses le impusieron a Orfeo el castigo de morir a manos de mujeres por no haber tenido el arrojo de morir por amor como Alcestis, hija de Pelias, que murió en lugar de su marido Admeto.

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