En la mitología griega clásica las gorgonas (Γοργόνες) eran tres hermanas llamadas Esteno, Euríale y Medusa, hijas de las divinidades marinas Forcis y Ceto, o según otras fuentes de Tifón y Equidna, cuya progenie estuvo constituída por monstruos.
De ellas la más conocida es Medusa, siendo la única mortal de las tres.
Según Hesíodo habitaban en el lejano occidente (que algunos autores antiguos situaban en la Península Ibérica, en Tartessos, la actual Andalucía), al otro lado del Océano, donde se encontraban los límites de la Noche.
Las gorgonas eran descritas como seres monstruosos de naturaleza ctónica, a veces alados, con serpientes en lugar de cabellos, garras de bronce, afilados colmillos, lengua colgante y mirada aterradora.
Las gorgonas sin embargo, son otra de las representaciones de la triple diosa, como las Hespérides, las Grayas o las Moiras.
De hecho las máscaras rituales de Gorgona se utilizaban en ciertos ritos y para alejar a los profanos de los misterios religiosos, de ahí su "expresión monstruosa", que por un lado tiene una finalidad disuasoria y por otro es una representación de un estado religioso orgiástico.
De hecho para Homero la Gorgona es desconocida como figura mitológica y la menciona solamente como a una cabeza fantasmal que habita en el Hades o como la imagen que aparece en el centro de los escudos.
De ellas la más conocida es Medusa, siendo la única mortal de las tres.
Según Hesíodo habitaban en el lejano occidente (que algunos autores antiguos situaban en la Península Ibérica, en Tartessos, la actual Andalucía), al otro lado del Océano, donde se encontraban los límites de la Noche.
Las gorgonas eran descritas como seres monstruosos de naturaleza ctónica, a veces alados, con serpientes en lugar de cabellos, garras de bronce, afilados colmillos, lengua colgante y mirada aterradora.
Las gorgonas sin embargo, son otra de las representaciones de la triple diosa, como las Hespérides, las Grayas o las Moiras.
De hecho las máscaras rituales de Gorgona se utilizaban en ciertos ritos y para alejar a los profanos de los misterios religiosos, de ahí su "expresión monstruosa", que por un lado tiene una finalidad disuasoria y por otro es una representación de un estado religioso orgiástico.
De hecho para Homero la Gorgona es desconocida como figura mitológica y la menciona solamente como a una cabeza fantasmal que habita en el Hades o como la imagen que aparece en el centro de los escudos.
Posteriormente, a medida que la sociedad se fue transformando en patriarcal, la figura de la Gorgona fue convertida en un monstruo, al cual simbólicamente Perseo, máximo exponente de la cultura patriarcal, da muerte, cortándole la cabeza y utilizándo esta para petrificar a sus enemigos.
Esteno, cuyo nombre viene a significar "la de gran fuerza", era para la mitología clásica, la más mortífera y salvaje de las gorgonas, superando incluso a su hermana Medusa, a quienes los dioses habían dotado de ojos que convertían en piedra a todo aquel que la miraba como protección adicional al ser la única mortal de las tres.
Originalmente Esteno era considerada protectora de los oráculos y se creía que su sangre daba tanto la vida como la muerte, dependiendo de si procedía de su costado derecho o izquierdo, respectivamente.
Euríale, "la caracterizada por sus buenas acciones" , también poseía sangre con virtudes curativas en su costado derecho, mientras que la sangre de su costado izquierdo era un veneno letal y se la consideraba protectora de los oráculos e inspiradora de las pitias o pitonisas.
La relación entre las Gorgonas y los oráculos, como el de Delfos, es una muestra más del carácter preolímpico de estas. En un principio el oráculo de Delfos estaba consagrado a Gea, la "Tierra", hasta que le fue arrebatado por Apolo,mito que simboliza la toma del control sobre los misterios religiosos, hasta entonces reservados a las mujeres, por parte de los hombres. De este modo el oráculo pasó a estar controlado por un dios masculino, y sin embargo la pitia o pitonisa era siempre una mujer, cuyo papel quedó relegado al de "transmisora" de los mensajes del dios Apolo, que hablaba por su boca, y cuyas palabras interpretaban un grupo de sacerdotes.
En la mitología clásica Medusa (Μέδουσα , Médousa, de μέδω medō, "mandar", "reinar") habría sido en un principio una ninfa de gran belleza, quien, castigada por unirse a Poseidón, dios del mar, en uno de los templos de la diosa Atenea (en otras versiones es violada por él) , fue convertida en monstruo por la diosa.
Según otras versiones Atenea la convirtió en monstruo por atreverse a rivalizar con ella en belleza.
Medusa fue madre de Pegaso, el caballo alado, y de el gigante Crisaor (antecesor de Gerión); frutos de su relación con Poseidón, nacieron de la sangre de su cabeza cortada
Medusa fue asesinada por Perseo, hijo de Zeus y Dánae.
Dánae, por su parte era hija de Acrisio, rey de Argos, al cual un oráculo había vaticinado que la muerte le llegaría a manos de su nieto, quien aún no había nacido.
Por esta razón, Acrisio encerró a su hija Dánae en una torre de bronce, lo cual no fue impedimento para Zeus, quien la sedujo en forma de lluvia de oro.
Así, cuando nació Perseo, Acrisio decidió arrojar al mar al recién nacido, junto con su propia hija, para o cual los encerró en un cofre, que navegó a la deriva hasta que Poseidón calmó las aguas y lo guió a la isla de Sérifos, donde madre e hijo fueron rescatados por el pescador Dictis.
Allí se crió Perseo, quien al llegar a la juventud, con motivo de la petición de Polidectes, el rey de la isla, de que sus súbditos aportasen regalos para su futura boda, Perseo prometió traer como regalo la cabeza de la Gorgona Medusa. El rey accedió encantado pues ,por su parte, se había enamorado de Dánae y veía en ello la posibilidad de deshacerse del joven. En otras versiones es el propio rey quien pide a Perseo la cabeza de la Gorgona, prometiendo que si logra tal hazaña dejará de acosar a su madre, Dánae.
Perseo sin embargo, sería protegido y guiado en su aventura por Hermes, el mensajero de los dioses y Atenea, la diosa de la razón.
Antes de nada, para saber dónde podía encontrar a la Gorgona, Perseo visitó a las tres Grayas. Éstas eran tres ancianas, hijas, como las gorgonas, de Forcis y Ceto, las cuales tenían un solo diente y un solo ojo para las tres, que iban usando por turnos.
Sus nombres eran Dino, Enio y Penfredo ("terror", "horror" y "alarma").
Para conseguir que le revelaran el paradero de la Gorgona, Perseo les robó el ojo y el diente, negándose a devolverlo hasta que las ancianas le revelasen aquello que deseaba saber.
También visitó Perseo a las Ninfas de quienes recibió tres regalos: unas sandalias aladas, un casco que le haría invisible cuando lo llevase puesto y un zurrón.
Así, Perseo partió volando hasta los confines del mundo. Una vez allí, encontró a las tres Gorgonas durmiendo, y ayudado por su escudo, utilizándolo como espejo para no tener que mirar a los ojos a la gorgona, por consejo de Atenea, cortó la cabeza a Medusa.
De su sangre nacieron Pegaso, el caballo alado, en quien Perseo se montó inmediatamente para huir de allí, no sin antes guardar en su zurrón la cabeza cortada de la Medusa, y el gigante Criasor.
Cuando sobrevolaba las costas de Etiopía Perseo divisó a la princesa Andrómeda, hija de Cefeo y Casiopea, encadenada a una roca, donde esperaba a ser devorada - o según otras versiones, desposada- por el terrible monstruo marino Ceto.
Casiopea, la madre de Andrémeda, se había atrevido a proclamar que su hija - o ella misma- era más hermosa que las Nereidas, las ninfas marinas hijas de Nereo y Doris, las cuales, ofendidas, pidieron a Poseidón, el dios del mar, que castigara a los reyes de Etiopía.
De este modo, Poseidón envió a Ceto, el cual se dedicó a matar hombres y ganado hasta que el oráculo de Amón reveló que solo ofreciéndole a Andrómeda en matrimonio el monstruo dejaría de asolar las costas etíopes.
Perseo petrificó a Ceto con la cabeza de Medusa, convirtiendo al monstruo en coral y reclamó a Andrómeda como su esposa. Ésto hizo que Agenor, el anterior prometido de la princesa, se enfrentara a Perseo, enfrentamiento durante el cual Perseo de nuevo recurrió a la cabeza de la gorgona.
De vuelta a Sérifos Perseo utilizó la cabeza de Medusa para petrificar al propio Polidectes, quien durante su ausencia había acosado a Dánae y a Dictis de tal modo que estos se habían visto obligados a huír.
Finalmente Perseo entregó la cabeza de Medusa a Atenea, quien la fijó para siempre en su égida (coraza de piel de cabra) o en su escudo.
La leyenda de Perseo no deja de ser una representación de la sustitución de la sociedad matriarcal por el nuevo orden patriarcal.
Dánae, por su parte era hija de Acrisio, rey de Argos, al cual un oráculo había vaticinado que la muerte le llegaría a manos de su nieto, quien aún no había nacido.
Por esta razón, Acrisio encerró a su hija Dánae en una torre de bronce, lo cual no fue impedimento para Zeus, quien la sedujo en forma de lluvia de oro.
Así, cuando nació Perseo, Acrisio decidió arrojar al mar al recién nacido, junto con su propia hija, para o cual los encerró en un cofre, que navegó a la deriva hasta que Poseidón calmó las aguas y lo guió a la isla de Sérifos, donde madre e hijo fueron rescatados por el pescador Dictis.
Allí se crió Perseo, quien al llegar a la juventud, con motivo de la petición de Polidectes, el rey de la isla, de que sus súbditos aportasen regalos para su futura boda, Perseo prometió traer como regalo la cabeza de la Gorgona Medusa. El rey accedió encantado pues ,por su parte, se había enamorado de Dánae y veía en ello la posibilidad de deshacerse del joven. En otras versiones es el propio rey quien pide a Perseo la cabeza de la Gorgona, prometiendo que si logra tal hazaña dejará de acosar a su madre, Dánae.
Perseo sin embargo, sería protegido y guiado en su aventura por Hermes, el mensajero de los dioses y Atenea, la diosa de la razón.
Antes de nada, para saber dónde podía encontrar a la Gorgona, Perseo visitó a las tres Grayas. Éstas eran tres ancianas, hijas, como las gorgonas, de Forcis y Ceto, las cuales tenían un solo diente y un solo ojo para las tres, que iban usando por turnos.
Sus nombres eran Dino, Enio y Penfredo ("terror", "horror" y "alarma").
Para conseguir que le revelaran el paradero de la Gorgona, Perseo les robó el ojo y el diente, negándose a devolverlo hasta que las ancianas le revelasen aquello que deseaba saber.
También visitó Perseo a las Ninfas de quienes recibió tres regalos: unas sandalias aladas, un casco que le haría invisible cuando lo llevase puesto y un zurrón.
Así, Perseo partió volando hasta los confines del mundo. Una vez allí, encontró a las tres Gorgonas durmiendo, y ayudado por su escudo, utilizándolo como espejo para no tener que mirar a los ojos a la gorgona, por consejo de Atenea, cortó la cabeza a Medusa.
De su sangre nacieron Pegaso, el caballo alado, en quien Perseo se montó inmediatamente para huir de allí, no sin antes guardar en su zurrón la cabeza cortada de la Medusa, y el gigante Criasor.
Cuando sobrevolaba las costas de Etiopía Perseo divisó a la princesa Andrómeda, hija de Cefeo y Casiopea, encadenada a una roca, donde esperaba a ser devorada - o según otras versiones, desposada- por el terrible monstruo marino Ceto.
Casiopea, la madre de Andrémeda, se había atrevido a proclamar que su hija - o ella misma- era más hermosa que las Nereidas, las ninfas marinas hijas de Nereo y Doris, las cuales, ofendidas, pidieron a Poseidón, el dios del mar, que castigara a los reyes de Etiopía.
De este modo, Poseidón envió a Ceto, el cual se dedicó a matar hombres y ganado hasta que el oráculo de Amón reveló que solo ofreciéndole a Andrómeda en matrimonio el monstruo dejaría de asolar las costas etíopes.
Perseo petrificó a Ceto con la cabeza de Medusa, convirtiendo al monstruo en coral y reclamó a Andrómeda como su esposa. Ésto hizo que Agenor, el anterior prometido de la princesa, se enfrentara a Perseo, enfrentamiento durante el cual Perseo de nuevo recurrió a la cabeza de la gorgona.
De vuelta a Sérifos Perseo utilizó la cabeza de Medusa para petrificar al propio Polidectes, quien durante su ausencia había acosado a Dánae y a Dictis de tal modo que estos se habían visto obligados a huír.
Finalmente Perseo entregó la cabeza de Medusa a Atenea, quien la fijó para siempre en su égida (coraza de piel de cabra) o en su escudo.
La leyenda de Perseo no deja de ser una representación de la sustitución de la sociedad matriarcal por el nuevo orden patriarcal.
Como ya hemos dicho las Gorgonas eran una representación más de la triple diosa y al mismo tiempo las máscaras gorgóneas, al igual que las llamadas muecas gorgóneas (sonrisa sacando la lengua) fueron elementos de rituales religiosos y símbolos de la exclusividad femenina de los misterios religiosos.
La decapitación de Medusa por parte de Perseo es una clara metáfora de la usurpación del poder femenino por parte del patriarcado. Al igual que en el mito en el que Zeus engulle a Metis y adquiere su sabiduría, Perseo decapita a Medusa y adquiere así su poder.
Algunas teorías sostienen incluso que el hecho de enfrentarse a la gorgona mirándola a través de un espejo supone el reflejo de alguna estrategia indirect a para usurpar el poder matriarcal, del cual, por otro lado, habían aprendido la metalurgia u otras artes como la agricultura.
Medusa es así transformada en un ser monstruoso y Perseo en un héroe por los posteriores mitólogos adheridos al nuevo orden patriarcal.
De hecho, el añadido de Ovidio según el cual Medusa habría sido una hermosa mujer seducida o violada por Apolo, por lo cual es castigada por Atenea, mustra claramente un castigo solamente dirigido a la mujer, de este modo "castiga" la sexualidad femenina (por otro lado muy relacionada con los ritos orgiásticos, en los cuales se utilizaban las máscaras de gorgona) y ennoblece la masculina, cuya "violación" queda sin castigo.
Por su parte, Diodoro de Sicilia presentaba a las gorgonas como a un pueblo belicoso, el cual luchó contra el de las Amazonas, otro pueblo de mujeres guerreras. Según nos cuenta Diodoro de Sicilia las gorgonas habrían sido atacadas por Perseo y perecido definitivamente a manos del otro héroe clásico, Hércules
Según algunos investigadores la figura de Medusa estaría incluso basada en un personaje real, una mítica reina de Tartessos, ya que está documentada la existencia de un personaje histórico llamado Gerión, quien habría sido descendiente de Criasor, el "gigante" nacido junto con Pegaso de la sangre de Medusa.
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