A pesar de que la historia de Noé es la más conocida, el mito del diluvio universal es mucho anterior al cristianismo; ya en la mitología sumeria encontramos la historia de Atra-Hasis, superviviente del diluvio, que en la posterior mitología babilónica es llamado Ut-Napishti.
En la mitología griega también encontramos una versión del diluvio universal.
En ésta, Zeus, disgustado por el comportamiento de los hombres de la Edad de Bronce, decide acabar con ellos enviando un diluvio que inunude toda la faz de la Tierra y acabe con todo ser viviente.
Además, Poseidón, dios del mar, hizo que todos los rios se desbordasen y la tierra temblase.
Solo se salvaron Deucalión, hijo de Prometeo, rey de Pitia, y su esposa Pirra, que habían destacado por su bondad y reverencia hacia los dioses.
Fue el propio Prometeo quien les advirtió de las intenciones de Zeus, quien tras ver su virtud, les perdonó la vida.
Deucalión y Pirra se refugiaron en un barco provisto de alimentos, el cual al cabo de nueve días fue a posarse en lo alto del monte Parnaso.
Aunque se habían salvado, ambos se encontraban tristes y solos, perdidos en la inmensidad del mundo.
De repente escucharon una voz proveniente del oráculo que les decía: "Arrojad los huesos de vuestra madre por encima de vuestros hombros".
Estas palabras desconcertaron a la pareja, pues el ultraje de los restos mortales de un antepasado era un gran sacrilegio para los griegos.
Pasaron mucho tiempo dudando, meditando acerca de lo que deberían hacer, hasta que se dieron cuenta del verdadero significado de las palabras del oráculo.
Su madre no era otra que la propia Tierra, y sus huesos eran las rocas.
Así pues, tomando unas cuantas piedras las arrojaron por encima de sus hombros.
De cada una de las piedras que Deucalión arrojó y cayó al suelo nació un hombre, mientras que de las que arrojó Pirra salieron mujeres.
Así, la Tierra se repobló de nuevo.
En ésta, Zeus, disgustado por el comportamiento de los hombres de la Edad de Bronce, decide acabar con ellos enviando un diluvio que inunude toda la faz de la Tierra y acabe con todo ser viviente.
Además, Poseidón, dios del mar, hizo que todos los rios se desbordasen y la tierra temblase.
Solo se salvaron Deucalión, hijo de Prometeo, rey de Pitia, y su esposa Pirra, que habían destacado por su bondad y reverencia hacia los dioses.
Fue el propio Prometeo quien les advirtió de las intenciones de Zeus, quien tras ver su virtud, les perdonó la vida.
Deucalión y Pirra se refugiaron en un barco provisto de alimentos, el cual al cabo de nueve días fue a posarse en lo alto del monte Parnaso.
Aunque se habían salvado, ambos se encontraban tristes y solos, perdidos en la inmensidad del mundo.
De repente escucharon una voz proveniente del oráculo que les decía: "Arrojad los huesos de vuestra madre por encima de vuestros hombros".
Estas palabras desconcertaron a la pareja, pues el ultraje de los restos mortales de un antepasado era un gran sacrilegio para los griegos.
Pasaron mucho tiempo dudando, meditando acerca de lo que deberían hacer, hasta que se dieron cuenta del verdadero significado de las palabras del oráculo.
Su madre no era otra que la propia Tierra, y sus huesos eran las rocas.
Así pues, tomando unas cuantas piedras las arrojaron por encima de sus hombros.
De cada una de las piedras que Deucalión arrojó y cayó al suelo nació un hombre, mientras que de las que arrojó Pirra salieron mujeres.
Así, la Tierra se repobló de nuevo.
1 comentario:
con que se puede relacionarse este mirto?????
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