Eros nació, según la teogonía de Hesíodo, en los inicios del mundo, en la época de los dioses de primera generación, siendole fuerza del amor, uno de los cinco elementos básicos nacidos a partir del Caos.
Existen incluso algunas versiones que sostienen que el mundo nació de la unión del propio Eros y el Caos primordial, con lo que todos los dioses descenderían de él.
Por tanto, en sus orígenes, Eros, quien más adelante, ya en la mitología romana, sería conocido como Cupido (cambiando totalmente su concepción) , fue una misteriosa fuerza primigenia.
Con el tiempo, al convertirse Afrodita en diosa y personificación del amor y el erotismo, Eros pasó a ser considerado su hijo, como ideal masculino del amor (del mismo modo que Afrodita era el ideal femenino).
Posteriormente, en la mitología romana, Eros se convirtió en Cupido (en latín "deseo"), siendo desde entonces representado como un gordezuelo querubín de naturaleza traviesa y caprichosa, y adoptando los atributos del arco y las flechas, que lanzaba desconsideradamente en los corazones de dioses y mortales, creando así amores y pasiones repentinos.
Muy a menudo se le representba con una venda tapándole un ojo, dando a entender que el amor es ciego (al menos en parte).
De esta manera, la figura de Eros, uno de los dioses primigenios, se trivializó en gran medida dentro de la mitología romana.
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