miércoles, 22 de diciembre de 2010

HISTORIA DEL TRAJE: EGIPTO



INTRODUCCION A LA HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO

 A orillas del Nilo, en medio de un vasto desierto, nació, hace más de 5000 años, la que sería no solo una de las primeras civilizaciones sino también una de las más esplendorosas ya no de la antiguedad, sino de toda la historia.

A pesar de que la pervivencia de numerosos objetos, gran parte de ellos elementos artísticos y arquitectónicos que gracias a la climatología de la zona y a la resistencia de los materiales con los que fueron construídos han llegado hasta nuestros días, rastrear los orígenes de la cultura egipcia es una tarea casi imposible, ya que sus orígenes se funden con la prehistoria.

Sabemos que entre el 13000 y el 10000 a.C el Valle del Nilo sufrió una serie de grandes inundaciones estacionales que favorecieron los asentamientos humanos (de hecho las inundaciones periódicas del Nilo se convertirían en la base de la agricultura egipcia a lo largo de toda la antiguedad). Estos primeros asentamientos humanos, que se dieron durante el Neolítico, desarrollaron una incipiente agricultura, centrada en el cultivo de gramíneas, y ganadería: cultivaban especies como el lino (que se convertiría en la materia principal con la que realizarían sus vestidos), la espelta y la cebada, y comenzaron a domesticar animales como las cabras y las ovejas, tal y como constata el yaciemiento de Merimde Beni Salami (datado entre 4880 y 4230 a.C), situado a unos 50 km de El Cairo y considerado la primera gran aldea de cazadores y agricultores.

Fue en el Alto Egipto donde a partir del 3500-3200 a.C se dieron las condiciones idóneas para el desarrollo de una sociedad organizada, la base de lo que posteriormente se convertiría en uno de los grandes imperios de la antiguedad.

Su inmenso legado abarca desde la escritura jeroglífica hasta la medicina, la astronomía y las matemáticas, pasando por diverdad disciplinas tanto artísticas como artesanales que incluyen entre otras:  la pintura, la escultura y una impresionante arquitectura que ha desafiado el paso del tiempo.

Cuando hablamos del Antiguo Egipto nos enfrentamos nada menos que a más de 3000 años de historia, un enorme período de tiempo que, sin embargo, presenta unas características culturales más o menos homogéneas: una sociedad jerarquizada, con el faraón como cabeza de estado, seguido por los sacerdotes, figuras de suma importancia, ya que la religión y la preocupación por la vida después de la muerte son aspectos clave dentro de esta cultura; funcionarios, escribas y médicos también gozaban de prestigio en el antiguo egipto; el pueblo llano estaba formado por soldados, artesaos y comerciantes, y finalmente los últimos escalones de la pirámide jerárquica los ocupaban los campesinos y los esclavos respectivamente.

La gran cantidad de tiempo que abarca la cultura egipcia suele dividirse en diferentes períodos que nos facilitan el estudio de su evolución. Así, los principales períodos en los que se divide la historia del Antiguo Egipto son:

Período Predinástico  (5500 a.C- 3200 a.C)

En su huída de la creciente desertización del Sáhara los primeros habitantes de lo que sería Egipto alcanzan las orillas del Nilo.
Culturas de El Fayum (5000 a.C),  Tasiense (4500 a.C), Merimde (4000 a.C), Baderinse y Amratiense (3800 a.C) y Gerzeense (3600 a.C)
Esta última será la que unifique egipto tras un período de luchas y alianzas entre clanes.
Se conoce la piedra pulimentada, la cerámica, la gaadería y la agricultura, siendo esta última la base de la economía del país.
En el 3500 a.C empiezan a realizarse las primeras obras de canalizacióny surge también la escritura con jeroglíficos.
Se organizan en regiones llamadas nomos, de organización feudal.

Período Protodinástico (3200-3100 a-C)

También conocido como Dinastía 0, predinástico tardío o Naqada III. Final del período predinástico. Regido por gobernantes del Alto Egipto.
Surgen las primeras ciudades: Tiis, Nubet, Nejeb, Nejen...

Narmer pudo ser el último rey de esta época, y el fundador de la dinastía I.

Período Arcaico (3100-2700 a.C)

A finales del período predinático Egipto se encontraba dividido en pequeños reinos, siendo los principales: Hieracómpolis (Nejen) en el Alto Egipto, y Buto, en el Bajo Egipto.
El proceso de unificación fue llevado a cabo, según cuenta la leyenda, por Menes, rey de Hieracómpolis, personaje que según algunos historiadores es el mismo que Narmer, el primer faraón del cual se tiene constancia que reinó sobre Egipto.
Este período lo conforman las dinastías I y II

Imperio Antiguo (2700-2250 a.C)

La capital se establece definitivamente en Menfis ( de ahí procede la deominación de Egipto ya que el nombre del principal templo, Hat Ka Ptah -"casa del espíritu de Ptah"- fue traducido al griego como Aegyptos, palabra que acabó designando todo el reino).
Comienza la costumbre de erigir grandes pirámides y monumentales obras arquitectónicas aunque fue durante la IV dinastía cuando se contruyeron las mayores pirámides.
Dinastías III a VI.

Primer Período Intermedio (2250-2050 a.C)

Período de descentralización del estado Egipcio.
Gran florecimiento literario (textos doctrinales o didácticos).
Crecimiento de las clases medias en las ciudades
Dinastías VII a XI.

Imperio Medio (2050-1800 a.C)

Reuníficación de Egipto bajo el reinado de Mentuhotep II.
Período de gran prosperidad económica y expansión. 
Se realizan ambiciosos proyectos de irrigación en El Fayum para regular las grandes inundaciones del Nilo.
Se potencian las relaciones comerciales con las regiones circundantes.
Se impone el culto al dios Amón.
A mediados de 1800 a.C los hicsos vencen a los faraones egipcios, lo que se convertirá en una conquista militar de casi todo el territorio egipcio, originando la caída del Imperio Medio
Dinastías XI a XII.

Segundo Perído Intermedio (1800 -1550 a.C)
 
Durante gran parte de este período dominaron egipto los gobernantes hicsos, hasta que los dirigentes egipcios de Tebas declararon la independencia, convirtiéndose en la XVII dinastía. y liderando una "guerra de liberación" contra los hicsos.
Dinastías XIII a XVII

Imperio Nuevo (1550-1070 a.C)

Período de gran expansión que dura hasta el reinado de Amenhotep III que inicia un período de paz interna y externa. Este peerído sin embargo fue terminado por su hijo Amenhotep IV que inició una reforma religiosa tendente al monoteísmo y perdió grandes posesiones en Asia frente a los hititas.
Tras un período de debilidad monárquica llegaron al poder las castas militares: dinastía XIX o Ramésida, que frenó la expansión de los hititas.
Invasiones de los Pueblos del Mar (mediterráneos) y de los libios.
Dinastías XVIII a XX

Tercer Período Intermedio (1070-656 a.C)

Instauración de dos dinastías de origen libio que se repartieron Egipto.
Dinastías XXI a XXV

Período Tardío (656-332 a.C)

Períodos de dominación persa. Egipto se convierte en una satrapía.
Dinastías XXVI a XXXI.

Período Helenístico (332- 30 a.C)

Conquista de Egipto po Alejandro Magno. Llegada al poder de la dinastía ptolemaica, de origen macedonio.
Finaliza con la incorporación de Egipto al Imperio Romano tras la batalla de Actium. En el 30 a.C muere Cleopatra y Egipto se convierte definitivamente en provincia del Imperio Romano.

Período Romano (30 a.C -640 d.C)

Octavio, sucesor de Cesar Auguto, liquida definitivamente la independencia política de Egipto. Pasa a sus sucesores bizantinos tras la caída del Imperio Romano y permanece en sus manos hasta la conquista árabe del 640.
Los últimos vestigios de la tradicional cultura del antiguo Egipto  desaparecen a comienzos del siglo VI al proscribirse el culto a los "dioses paganos".


MODA Y VESTIMENTA EN EL ANTIGUO EGIPTO

Cuando hablamos de moda y vestimenta egipcias debemos observarlas desde dos vertientes: por un lado la  artística, que está relacionada y evidentemento influenciada con el resto de disciplinas artísticas y por otro la artesanal, ya que  la confección de ropa se encuentra aún en incipiente desarrollo y en este sentido podemos constatar una clara evolución a lo largo de la historia del Antigo Egipto que se refleja en prendas a las que cada vez se añaden más elementos decorativos y cuya confección se torna paulatinamente algo más elaborada.
A pesar de ello debemos tener en cuenta que la uniformidad que puede observarse en la cultura egipcia a lo largo de  toda su historia es también aplicable tanto a la tipología de los vestidos como a su manufactura.

Para la confección de las vestimentas se utilizó casi exclusivamente el lino, desde el período Dinástico hasta el Ptolemaico, siendo el tejido más apropiado para el clima egipcio, ya que protegía la piel del sol y mantenía el cuerpo fresco al mismo tiempo. El más fino estaba destinado a las clases altas mientras que el utilizado por las clases bajas era basto.

Las pieles animales, sobre todo las de leopardo, eran llevadas a veces por los sacerdotes o el faraón como símbolo de prominencia.
Conocían también la lana, aunque estaba reservada  para la ropa de casa, ya que, según nos cuenta Heredoto, era considerada impura para vestirla.
Ya en tiempos de la ocupación romana llegó el algodón a Egipto, importado de la India, aunque su uso no se generalizó hasta la época de la ocupación árabe (s. VII).
También pequeñas cantidades de seda, que no llegaría hasta el S.IV, probablemente importada desde el mediterráneo, han sido halladas en tumbas egipcias.

El lino era sembrado a mediados de de noviembre y cosechado entre mediados y finales de marzo, atendiendo a distintos procesos de maduracíón según el uso que se le fuese a dar: el verde estaba destinado para los tejidos más finos, el amarillo para telas de calidad media-alta y el maduro se relegaba a la fabricación de cuerdas, esteras, sacos....

Los egipcios atribuían la invención de la tejeduría a la diosa Neith y en el proceso de manufactura de las ropas  participaban tanto hombres como mujeres.

Una vez recogido el lino se peinaba para separar las impurezas del tallo. Luego se mojaba, para separar las fibras de cualquier resto de tallo y se peinaba de nuevo. Las fibras estaban entonces listas para ser torsionadas e hiladas.
Los husos que utilizaban para la hilatura eran de tres tipos: suspendidos, de pared y a mano

Una vez hiladas las fibras se procedía al tejido de las telas. Se solía hacer en las casas, aunque también existián talleres específicos dirigidos por nobles u hombres de negocios. Tejían en telares verticales y horizontales. Los telares horizontales o de suelo se usaron desde la época Badariense al Reino Medio. Los verticales se usaron desde el Reino Nuevo, sin que ésto signifique que se desterrara el telar horizontal.
La urdimbre de los hilos se mantenía separada por unos peines para que pasaran unas agujas enhebradas (lanzaderas). Después unos listones de madera (“batanes”) apretaban el entramado de los hilos para darle consistencia. Es destacable el hecho de que los bordes longitudinales de los tejidos estaban reforzados en algo similar a los actuales "orillos vivos" para evitar que se deshilachara, lo cual se conseguía reforzando trama y urdimbre con el doble de hilos en los bordes. También tejieron dejando hebras huecas sobre la trama, es decir haciendo una rudimentaria tela de "rizo" que se utilizaban para toallas.

Las variedades de lino, una vez tejido eran, según su calidad y atendiendo al grosor de los hilos, la combinación y la trama:


- Lino real. Blanco y casi transparente (su transparencia solía potenciarse en los vestidos impregnándolos con oleos y aceites que lo adherían más al cuerpo al tiempo que desprendían agradables fragancias.
- Lino fino. Con más hilos, más tupido, aunque aún fino.
- Tejido fino. Buena calidad, pero hilos más gruesos.
- Tejido suave. Tejido bueno y resistente, aunque con una terminación algo más ordinaria.

Las fibras de lino tienen naturalmente un color marrón claro, llegando a ser blancas si se las lava y se las expone al sol cuando están todavía húmedas. Por ello el color más utilizado era el blanco (ya que el lino contiene celulosa y su teñido era complicado), que tenía carácter sagrado, y toda la gama de beiges a marrones.

A veces sin embargo, se utilizaban pigmentos de origen natural para conseguir otros colores como el rojo (rubia, cochinilla...), el azul (añil e índigo), o el amarillo (cártamo).

Para el proceso de teñido, no muy diferente del actual, utilizaban cal muerta o alumbre como agentes fijadores, para que el tinte fuese duradero y el color no se perdiese con los lavados, tras lo cual sumergían el tejido en el tinte hirviendo.
No tejíeron mezclando hilos teñidos de diferentes colores hasta la llegada del telar vertical en el Imperio Nuevo. y sólo la realeza y los nobles llevaban vestidos que combinasen colores.

En cuanto a los procesos de corte y confección, los egipcios buscaban en sus vestimentas formas simples pero efectivas. Las costuras utilizadas generalmente eran simples aunque se concían diferentes tipos de costuras y puntadas.

Los instrumentos utilizados para la confección de la ropa, tales como cuchillos y agujas cambiaron a través de los siglos. En un principio, durante el Neolítico, se utilizaban principalmente herramientas de sílex,  luego de cobre, de bronce durante el Imperio Medio y finalmente de hierro, aunque los cuchillos de sílex, que tenían bordes más agudos que los rudimentarios de hierro, siguieron siendo usados veces la época de la invasión romana. Las agujas fueron fabricadas en madera, hueso y  metal. También utilizaban rudimentarios alfileres, que podían ser de metal, aunque los más frecuentes estaban hechos de espinas vegetales, que guardaban en alfileteros de huesos de ave huecos. También se han encontrado "dedales" de piedra para proteger de pinchazos el dedo medio. El uso generalizado de las tijeras es tardío dentro de la cultura egipcia, a pesar de que las conociesen desde el segundo milenio a.C .


Las prendas, una vez elaboradas eran lavadas antes de su uso (también existían lavanderías donde la gente pudiente llevaba a lavar sus prendas.
Las lavanderas, además de lavar la ropa, se encargaban de plancharla y plisarla.
El lavado de las prendas se realizaba golpeando la ropa dentro del agua y frotándola con bicarbonato sódico para blanquearla.
El plisado de los vestidos se conseguía estirando el tejido aún húmedo sobre una tabla con estrías; Al secarse la tela, quedaban marcadas las líneas, que luego cosían para fijarlos y posteriormente planchaban (probablemente con piedras calentadas al fuego o al sol).

Pocas prendas completas pertenecientes a la época egipcia han sobrevivido al paso del tiempo, por lo que los egiptólogos han contado principalmente con fragmentos de las mismas a la hora de reconstruir el tipo de vestimentas egipcias. Por suerte si que ha habido algunas prendas que han sido halladas casi intactas. Sin embargo debemos tener en cuenta que las telas y vestimentas halladas en yacimientos arqueológicos pertencían a ciudadanos de clase alta, nobles o reyes..por lo que en el caso de obreros y sirvientes los estudiosos han tenido que guiarse principalmente por las representaciones pictóricas y escultóricas.
Estas representaciones que, en ocasiones recogen escenas de la vida cotidiana, también más a menudo aún, retratan a reyes y divinidades. En este sentido hay que tener el cuenta también la tendencia hacia la idealización del arte egipcio...aunque en algunas ocasiones podemos ver estómagos prominentes o papadas en el caso de los hombres, por lo general y especialmente en el caso de la figura femenina, las representaciones nos muestran cuerpos esbeltos, de caderas estrechas, con senos pequeños en el caso de las mujeres, anchos hombros en el de los hombres y grandes ojos almendrados en ambos. Es de suponer que no todos los egipcios y egipcias poseían esa figura envidiable y lo mismo ocurre en el caso de ropas y complementos: a pesar de que los vestidos y adornos de la realeza debían resultar impresionantes, aparecen representados más perfectos de lo que realmente eran, tal y como nos muestran los ejemplos que han llegado hasta nuestros días

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Desde el Imperio Antiguo la prenda más utilizada por los hombres fue el "shenti", una especie de faldellín que, pasado entre las piernas y enrollado sobre la cintura, se ajustaba con un cinturón o un nudo. Su largo varía según la época: en el Imperio Antiguo solía llevarse corto, a la altura de los muslos o las rodillas, mientras que a partir del Imperio Medio se alarga. En el Imperio Nuevo se le añaden plisados en el caso de las clases altas. En el caso de los trabajadores éstos llevaban un simple taparrabos o incluso iban desnudos.

También se han econtrado chales, mantos, camisas y túnicas, simples o adornados que utilizarían tanto hombres como mujeres. 

Para las mujeres las prendas más comúnes fueron:  un vestido de gran simpleza que consistía en un rectángulo de tela largo hasta los tobillos enrollado alrededor del cuerpo y anudado al hombro (también utilizado en ocasiones por los hombres pero con el anudado al hombro más elaborado, de manera que parecía q llevaban una sola manga) que a partir del Imperio Nuevo deja un pecho al descubierto o cubre ambos colocado a modo de chal, y el  el "kalasiris", un vestido ajustado al cuerpo con dos tirantes o bandas que cubrían los pechos o bien un único tirante central que los dejaba al descubierto.
También se han encontrado vestidos con escote en "v".
A menudo las mujeres de clase trabajadora usaban una simple falda, como los hombres, pero más larga y con el borde recto, no redondeado como en el caso del shenti.
Aún asi no existía gran diferencia en la forma de los vestidos de las nobles y las sirvientas; en lo que se diferenciaban principalmente era en la calidad de las telas y en los adornos.

Las bailarinas solían  llevar una falda cilíndrica ajustada, de largo hasta la rodilla o el tobillo y sujeta con una banda de tela o un fajín. Unas tiras de tela se entrecruzaban alrededor del pecho y la espalda, anudándose por delante o detrás, a modo de rudimentario sujetador.

Ya desde el Imperio Antiguo encontramos también los llamados "vestido de red", que consistían en una red hecha de cilindros de pasta de vidrio engarzados formando rombos u otros dibujos. Dos tirantes sujetaban estos vestidos cilíndricos, que llevaban una especie de placas metálicas de bronce o terracota cubriendo los pezones.
 
Los bordes de estos vestidos estaban formados por unos "flecos" hechos con conchas en las que introducían piedrecitas o bolitas de barro para que pesaran, y sonaran al moverse.Cuando eran utilizados por señoras respetables iban superpuestos a un "kalasiris", mientras que las prostitutas o bailarinas los utilizarían sin nada debajo.


Los sacerdotes utilizaron las mismas vestiduras que la gente ordinaria, pero sus vestiduras siempre debían ser de lino de la mejor calidad, casi transparente, y estar recién lavadas. Solían llevar unos pectorales especiales, y pieles de felinos sobre uno de los hombros. 

Los militares de alto rango, y el propio faraón cuando iba a la guerra, llevaban unos corseletes o cotas de malla especiales realizados con plazas metálicas, sobre todo a partir del Imperio Nuevo. Los soldados por su parte, llevaban taparrabos trianguilares de cuero sobre los que colocaban una especie de faldellines formados por tiras de cuero.
 
Durante el Imperio Antiguo las prendas son de una gran simpleza y a menudo no van cosidas, solo enrolladas sobre el cuerpo. Con el paso del tiempo, aunque se siguen manteniendo las formas básicas de las prendas su confección y ornamentación se hace más elaborada.

El Imperio Nuevo es la época de auge de las transparencias y plisados. Los vestidos marcan las suaves curvas del cuerpo femenino y se anudan a la cintura con fajines de colores o cenefas. Sobre ellos se superponen túnicas o chales, a menudo adornadas con plisados.

Otros elementos utilizados como adornos en las prendas fueron los flecos, abalorios y plumas entre otros. Los estampados y pinturas realizadas sobre los tejidos, aunque no eran muy frecuentes, también se utiilzaron. 

Para las clases bajas la moda varió muy poco entre las diferentes épocas de la historia de Egipto.
En cuanto a la ropa infantil, nada podemos decir puesto que iban desnudos hasta alcanzar la pubertad.

En cuanto a ropa interior se refiere las clase bajas no la utilizaban; las clases altas y la realeza llevaban unos triángulos de tela con tiras de tela que se colocaban entre las piernas y se ataban detrás.


Lo mismo ocurre con el uso de calzado, que aunque no es frecuente (en la vida cotidiana la mayoría de los egipcios iban descalzos) si se daba entre las clases altas, que podían acceder a él.  
Las sandalias, normalmente de cuero (aunque también se fabricaban con juncos, fibras vegetales o incluso papiro en el caso de las clases sacerdotales) y con la punta encorvada hacia arriba, se convirtieron así en un símbolo de prosperidad y autoridad. Se han encontrado piezas de calzado realizado en otros materiales, tales como el oro, aunque su uso no está documentado. En la tumba de Tutankamón había hasta 93 pares de “zapatos” distintos, entre ellos unas sandalias de madera en cuya suela estaban representados los enemigos del faraón de forma que este los pisase cada vez que caminara.
El título de “porta sandalias” del faraón era uno de los cargos administrativos más importantes en Egipto y designaba a una especie de secretario encargado de preparar los archivos, organizar lo necesario antes de un viaje del faraón,  recoger las demandas en la audiencia…etc. Este título nos da una idea del anteriormente mencionado simbolismo de las sandalias en relación al poder y la prosperidad.

El empleo de calzado se hizo creciente a partir de los Imperios Medio y Nuevo, sobre todo entre los soldados. A principios del Imperio Medio el tipo de calzado utilizado no era más que una sandalia de cuero con tiras que pasaban entre los dedos mientras que a finales de Nuevo Imperio se han encontrado zapatos más elaborado, de estilo zapatillas, probablemente por influencia de los hititas, con cuya cultura entraron en contacto por entonces. 

La relativa sencillez de la ropa egipcia se ve contrarrestada sin embargo por el uso generalizado de numerosas joyas, realizadas normalmente con oro y piedras semipreciosas, en el caso de las clases privilegiadas, o con cerámica y bronce en el de las clases bajas.
En el Imperio Nuevo, durante la dinastía XVIII se produjo un auge en el uso del vidrio, el cual se ve reflejado en las magnificas joyas con incrustación vítrea que trabajaron los orfebres de la época.
El punto máximo alcanzado en la joyería de la XVIII dinastía se encuentra en el reinado de Tutankamón, y no hay mejor ejemplo para ilustrar tal afirmación que las joyas encontradas en su tumba donde las piezas alcanzan la máxima habilidad artística.

Gracias a los ajuares encontrados en tumbas hemos podido conocer en profundidad las técnicas y materiales que utilizaban los egipcios para elaborar sus joyas, además de los distintos tipos de amuletos y significado de los mismos, ya que en Egipto la joyería a menudo no era un simple adorno sino que estaba caragada de significado mágico y religioso.

Los materiales que se utilizaban en la joyería varían poco a lo largo de la historia de Egipto: composiciones vítreas, piedras semipreciosas (amatista, la cornalina, el jaspe, el onice, el lapis lazuli, la turquesa y el cuarzo) y oro.

Los egipcios además, identificaban los metgales y piedras preciosas con sus dioses y también con diferentes poderes mágicos y terapeúticos. Por ejemplo el Cobre y la Malaquita estaban asociados al dios Hathor y el oro con Amón-Ra, dios del Sol, convirtiéndose en el metal más importante;aunque durantealgunos períodos de la historia egipcia la plata fue más valorada que el oro debido a su escasez.
Los escarabajos, animales sagrados dentro de la cultura egipcia, aparecen en numerosas joyas, asi como otros animales asociados a distintos dioses como el halcón, simbolo de Horus,


Las joyas más usadas en el uso diario eran las diademas, los collares de cuentas, los pectorales, brazaletes de aros articulados, y anillos.
Los brazaletes de oro o plata estaban muy generalizados, era normal llevar dos de ellos en cada brazo, uno en la muñeca y otro encima del codo.
Los pendientes de gemas se usaban profusamente tanto por hombres como por mujeres, en todas las clases sociales y fueron muy populares sobre todo en el Imperio Nuevo, ya que fue el faraón Akenaton quien introdujo la costumbre de perforarse los lóbulos de las orejas. 

Uno de los collares más característicos dentro de la joyería egipcia es el “weskhet”, trabajado en cilindros dispuestos de manera vertical en forma semicircular y rematados en los extremos. Fue muy común que este modelo rematara con la cabeza de un halcón.
Otro es la Valona, realizado en tela y adornado con piedras de diferentes formas y colores


El gran detalle que presentan la mayoría de las piezas de metal que se utilizaron como soporte en la joyería hace pensar que se trabajaban "a la cera perdida". Para llevar a cabo este procedimiento se realizaba un modelo en cera para dar los detalles, después se recubría con una capa de arcilla en la cual se dejaban dos orificios, uno para vaciar el metal caliente y otro para drenar la cera fundida. Este proceso permite dar un gran detalle a las piezas pero presenta el inconveniente de no permitir una producción masiva o en serie como se logra con un molde abierto, tal y como se utilizaba en la mayoría de los amuletos.

Otro de los aspectos más importantes  de la moda egipcia, junto con a joyería fue el uso de pelucas y adornos para el cabello.
Tanto hombres como mujeres afeitaban su cuerpo por completo, incluyendo a menudo la cabeza, probablemente como medida higiénica (solo las mujeres de las clases altas podían permitirse llevar el cabello largo). Es por ello que los egipcios lucían generalmente intrincadas pelucas hechas de pelo natural o de lino. El uso de la lana en la confección de pelucas no está demostrado.

El cabello y el cuero cabelludo era motivo de constantes atenciones. En el Papiro Ebers se han encontrado una receta "para convertir a un viejo en joven" (es decir, la receta de un tinte) y otra para combatir la calvicie.

Las niñas y niños conservaban el llamado mechón de juventud hasta la pubertad. Llevaban el pelo totalmente rasurado a excepción de un mechón de cabello lateral que a menudo iba trenzado y adornado, aunque las niñas no siempre iban rasuradas, sino que veces llevaban el pelo corto. Los niños y niñas pertenecientes a clases bajas llevaban probablemente el cabello rasurado en su totalidad.


Las bailarinas por su parte no solían usar pelucas, ya que no se hubiesen aguantado sobre la cabeza al ejecutar sus danzas y llevaban normalmente el pelo al estilo paje, manteniendo un larguísimo mechón en lo alto de la coronilla con el fin de trenzarlo y sujetar al extremo de esta trenza un disco de algún material rígido. Este disco hacía de peso para mantener la trenza vertical, y para marcar el ritmo del baile haciéndolo oscilar mientras danzaban.
Las mujeres nubias (al Sur de Egipto) solían trenzar su pelo natural y sujetar cada trencita con anillos o bolitas de barro pintado.

Las pelucas femeninas que aparecen más frecuentemente en las representaciones del Imperio Antiguo son las cortas cuadradas y las largas tripartitas. Las primeras son las típicas pelucas de melena corta cuadrada, con raya al medio y  cabello muy abundante que caía a los lados hasta el mentón.
Durante el Imperio Medio las pelucas cortas cuadradas quedaron relegadas a las clases trabajadoras, mientras que las de pelo muy corto, casi como un casco, y las de pelo largo llamadas tripartitas fueron las más comunes entre las mujeres de clase alta.
Las pelucas tripartitas consistían en una melena dividida en tres partes, dos mechones a los lados que caían sobre el pecho, y otro mechón mas grueso que caería por la espalda.
Durante el Imperio Nuevo las pelucas llegan a su momento de mayor sofisticación y lucen intrincados trenzados, tirabuzones o diferentes adornos en diferentes capas de pelo.
Un tipo de peluca muy utilizada por los hombres (aunque también por algunas mujeres de la realeza) fueron las llamadas “nubias”. Estas pelucas eran cortas, redondas, pegadas a la cabeza casi como un casco.
Siguieron utilizándose las pelucas largas tripartitas, aunque ahora aparecían con trenzados y adornos en los extremos de los mechones o trenzas, y se pusieron de moda las llamadas pelucas Hathoricas, que imitaban la iconografía de la diosa Hathor y llevaban el cabello enroscado en torno a un disco rígido, muy populares entre las mujeres de la Dinastía XVIII.
Las pelucas eran habitualmente de pelo oscuro, ya que al ser de pelo natural  sus habitantes tendrían en su mayoría cabello oscuro y rizado como correspondería étnicamente a las razas mediterráneas, pero tampoco tenían reparo en teñirlas de colores, y así se han encontrado pelucas azules, rubias o blancas.
Para confeccionar las pelucas el pelo o las fibras de lino retorcidos o en trencitas se entrelazaban muy tirantes entre las aberturas de un soporte almohadillado que podía ser de fibras vegetales. Para darle consistencia y fijar el cabello al soporte sumergían (sólo el soporte y la raíz de la peluca) en un líquido compuesto por resina y cera de abejas. La resina endurecida haría las veces de adhesivo y mantendría los mechones en su lugar. La cera le daría cierta flexibilidad y no se derretiría hasta los 60º por lo tanto la peluca quedaría en su sitio incluso en los días de más calor. Entonces, ya con la base fijada se podría proceder al peinado de la peluca. Se calcula que una peluca constaba aproximadamente de unos 120.000 cabellos como mínimo.
Los cabellos de las pelucas eran a menudo impregnados con aceites o cera de abejas para que se mantuviesen brillantes
La realeza contaba con peluqueros y barberos que se ocupaban tanto de su vello corporal como de cuidar sus pelucas.

Las pelucas solían adornarse con diademas, pasadores, flores, cintas o abalorios.
La diadema más antigua encontrada pertenecía a una princesa cuya tumba fue descubierta en Abydos. Consistía en una serie de cuentas de turquesa y malaquita con intervalos de anillitos de oro. Y una sección de cuentas de oro formaban el cierre trasero. Indiscutiblemente se trata de una diadema ya que fue encontrada sobre la cabeza de la difunta. Esta diadema aún mantenía un fragmento de velo que cubría la cara. La datación de esta pieza se remonta al 3200 a.C
Aproximadamente un milenio más tarde, ya en el Reino Medio aparecen nuevos ejemplares de diademas, que ponen de manifiesto el refinamiento alcanzado por la orfebrería en esta época.

No solo las mujeres utilizaban diademas, sino que su uso estaba generalizado entre los hombres y mujeres de las clases altas.

Las pelucas trenzadas solían estar adornadas con abalorios y cilindros o anillos para el pelo. Éstos podían estar fabricados en diversos materiales, desde la simple terracota al oro, pasando por la pasta de vidrio, la turquesa, la cornalina... 


Los amuletos también tenían cabida entre los adornos del pelo. Entre ellos estuvieron muy de moda los pájaros con las alas apuntando hacia el suelo. En el enterramiento de Khnumet aparecieron 24 de estos pájaros, de factura bastante rudimentaria. Contaban con un aro posterior que serviría para meter los mechones de cabello. Los más populares fueron los que tenían forma de pequeño pez., siendo elementos apotropaicos que servirían de protección para no morir ahogado. Solían ponerlos al final de alguna de las trenzas. Los que usaban las mujeres de la realeza eran de oro.

Las clases bajas protegían sus cabezas con un simple paño de lino o un gorro de fieltro mientras que las clases altas, además de las pelucas, tenían acceso a otros tocados y sombreros más elaborados.

Generalmente los egipcios utilizaban paños para proteger sus cabezas o las pelucas. Estos paños, simples en el caso de las clases bajas, iban decorados con listas de colores en el caso de la nobleza, recibiendo el nombre de klaft, y siendo el tocado más representativo.

La realeza y las clases sacerdotales utilizaban también tiaras, coronas y casquetes. Los obreros y sirvientes utilizaban los ya mencionados paños, o también gorros de fieltro, para proteger sus cabezas del sol.

Los egipcios también dieron mucha importancia al  maquillaje, muy utilizado y muy recargado. Existía gran variedad de productos destinados a la higiene y la decoración personal. Ambas muy importantes para los egipcios.
La gran utilización de cosméticos por parte de los egipcios probablemente tenga su origen en el clima caliente y seco en el que vivían, del que debían protegerse. Asíu por ejemplo el khol, una pasta mineral con la que se pintaban los ojos, proteje de la conjuntivitis, mientras que los aceites perfumados que utilizaban además de proporcionar un olor agradable humedecían e hidrataban la piel.


Aunque ni forme parte de la "moda" propiamente dicha cabría mencionar también  los sudarios y envoltorios de momias, ada la importancia que daban los egipcios a su tránsito hacia el más allá.
En cuanto a los "ropajes" en los que eran envueltos para su último tránsito, se trataba de  tiras o bandas de lino que cubrían totalmente el cadáver una vez había sido embalsamado.
Estas vendas, al igual que el resto de tejidos fueron haciéndose más sofisticadas con el paso del tiempo y si bien en épocas tempranas se empleaban trozos de tela que provenían generalmente de la ropa de casa (como sábanas), en períodos posteriores se elaboraban vendas específicas que incluso se tiñeron o pintaron con dibujos. 

 Durante toda su vida los egipcios reunían un ajuar funerario, en el que se incluían además de piezas valiosas, objetos de uso cotidiano que creían que necesitarían en su vida en el más allá.
 Es en gran medida gracias a eres funerarios, que incluían vestidos, pelucas, joyas, calzado y rollos de tejido en el caso de nobles y faraones que hoy podemos conocer con bastante detalle el tipo de ropas y complementos que utilizaban los egipcios, sus gustos en cuanto a estética se refiere y la evolución de ambos a través del tiempo....convirtiéndose así no solo en un legado para una posible vida después de la muerte sino también para nuestro conocimiento de su intrigante cultura.


Las excavaciones egipcias que tuvieron lugar a principios del siglo XX y que dejaron al descubierto la tumba de Tutankamon (1922) provocaron un auge de la egiptología y  pusieron de moda el antiguo egipto entre 1910 y 1930. En lo que a vestimenta se refiere también influyó este renovado interés por la cultura egipcia, algo que se puede apreciar en los trajes de inspiración oriental que estuvieron en auge (especialmente entre actrices y bailarinas) durante esa época, aunque hay que aclarar que no se basaron únicamente en la cultura egipcia sino que combinaron multitud de elementos de inspiración oriental y de otras culturas antiguas.



Main Sources:
http://alenarterevista.wordpress.com/2010/05/09/la-moda-y-el-arte-egipto-por-virginia-segui/
http://www.egiptologia.com/rincon-del-escriba/75-trabajos-de-nuestros-aes/497-la-moda-en-el-ano-2002-ac.html?start=2
http://www.dejoyas.com/joyas-en-el-antiguo-egipto.php
http://www.egipto.com/cgibin/forum2004/showthread.php?t=6850




















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